domingo, 15 de febrero de 2009

Quién mató a Amanda Palmer


Dos veces. Esta mujer me hizo llorar más de dos veces. Llevo un día buscando las palabras adecuadas. No las tengo. Solo sé que esta mujer toca el piano con las piernas abiertas. Puede ser radical, brutal y dulce, todo en el mismo segundo. Todavía me pregunto si lo de ayer en la Caracol fue solo un sueño. Ella es ficción, es cabaret. Me pasa como con la Liddell, cuando las veo sobre el escenario sé que este mundo es de verdad y me recuerdan que es necesario hacer las cosas desde las vísceras. Son esos instantes de entrega performativa los que valen la pena. El resto no importa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tampoco he podido encontrar las palabras, o no he sabido buscarlas. Si pudiera (d)escribir con el nudo que aún siento en las tripas, a lo mejor podría hacerme entender. Pero a esta mujer no se la describe, uno la siente desde dentro hacia fuera, hasta que nos sale por los poros y nuestro sudor es Amanda, destilada, pura, cristalina, orgánica y orgásmica.

Elisa McCausland dijo...

"Destilada, pura, cristalina, orgánica y orgásmica"... si, creo que si... :)

Samu dijo...

el sudor no es puro...
:S

;D

Anónimo dijo...

El mío es PURO vitriolo.
;)