jueves, 11 de noviembre de 2010

'Heroínas de carne, hueso y férrea voluntad' en Fan Digital

Cuando la serie Smallville comenzó a emitirse con el cambio de siglo, pocos se aventuraron a pronosticarle la deriva posfeminista light que ha ido desarrollando en estas últimas cuatro temporadas. El punto de inflexión que disparó esta filosofía lo marcó la reaparición en la serie de Lana Lang que, tras fingir su muerte y chantajear a su marido Lex Luthor, conspiraría para robarle al vil magnate su tecnología y equipararse así en poderes al alienígena Kal El.

Esta ruptura del marco no es una novedad en la ficcion televisiva. Joss Whedon ya la desarrolló en su mítica Buffy Cazavampiros, pero lo que sí sorprende es que ocurra en la mitología de un personaje como Superman, cuyas compañeras siempre se habían conformado con un sacrificado segundo plano. No obstante, los tiempos han cambiado; ejemplo de ello son las recientes representaciones de personajes femeninos que, hasta hace bien poco, nadie hubiera imaginado usurpando el lugar del héroe.

Lo que hubiera sido del mundo si ella hubiera llevado las medias es un apunte de Marta Peirano, alias La Petite Claudine, a propósito del personaje de Lois Lane en la versión fílmica de Brian Synger, y una reflexión lúcida sobre cómo la periodista del Daily Planet , "madre soltera y ganadora del Pulitzer con un editorial titulado Por qué el mundo no necesita a Superman", solo tiene que aprender a volar por su cuenta para que el kryptoniano le bese las botas. "Eso sí que sería un giro de tuerca interesante", sentencia en su blog.

Un planteamiento parecido es el abordado en Smallville por el personaje que interpreta Kristin Kreuk. A diferencia de lo expuesto por Grant Morrison en Superman All Star, donde el Hombre de Acero obsequia a Lois Lane con pasar un día entero experimentando sus poderes en carne propia, Lana Lang no espera a que se lo regalen por cumpleaños sino que, cual Prometeo, lo toma como legítimo derecho, propiciando así una relación entre iguales. La heroína, que no lo es por herencia sino por voluntad, se proyecta en el héroe y lo supera. Tal y como ocurre con la Batwoman de Greg Rucka y J.H. Williams, la relación con el héroe sirve de inspiración sin afán derivativo; el fin último de la heroína es la autonomía.

Pero, como las relaciones ideales no están hechas para durar, la perfecta pareja de justicieros de Smallville quedará reducida a mera anécdota por culpa del deber y un Luthor vengativo que la llevará a convertirse en la chica kryptonita. A partir de este momento, las relaciones entre personajes femeninos y masculinos comenzarán a caminar por unos derroteros, cuanto menos, interesantes, siendo la supuesta villana, Tess Mercer, el definitvo hallazgo de la serie. Implacable, fría y turbulenta, la sucesora de Luthor juega con fuego y no tiene miedo a quemarse. Cierto es que el elenco de guionistas le construyó un pasado traumático para justificar sus acciones, pero no termina de quedar claro si esa es otra de las muchas cortinas de humo de Tess o el origen de su ambigüedad moral.

>> Este es el comienzo del reportaje "Heroínas de carne, hueso y férrea voluntad" que podéis encontrar en el número de otoño de Fan Digital. También hallaréis reseñas de cómic, entrevistas, cine, música y críticas firmadas por gente de bien.

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