El final de esta película es una revelación para el ojo. Steven Shainberg utiliza el cabello como una dulce metáfora de la verdad desnuda. También habla de la igualdad en las relaciones, del reparto del poder dentro del matrimonio, de lo que implica poseer y lo que supone amar. La Diane Arbus que describe en las carnes de Nicole Kidman - susurrante, contenida, valiente - se afeita las piernas, se maquilla y llora. Se sabe extraña, se siente en una jaula. Pero, conforme avanza el metraje, se sumerge en un viaje al País de sus Maravillas. Se viste de Alicia y construye su imaginario. En compañía de aquellos que ella ve, desnudos, tristes, verdaderos. Una historia palpitante, contenida y jodidamente triste la de la búsqueda de la simetría emocional...
Fur: An imaginary portrait of Diane Arbus
domingo, 6 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario