lunes, 30 de marzo de 2009

Las mujeres de Logan

Me gustan malotes, peludos y rezumando testosterona. O eso creen en mi lugar de trabajo cuando digo que Clive Owen en Children of Men es -parafraseando a Peter David- un "hombre de verdad". Algo parecido me ocurre con el tipo que le da carne al letal y achuchable Lobezno, una acertada representación de lo más característico del protagonista del cómic. A este personaje le pasa un poco como a Hulk, si se encarga de él un David o un Claremont puede dar mucho de sí, pero si cae en las garras de un guionista que no termina de entender al personaje, el tedio se hace con la serie. Pero hablemos de lo que importa, de las mujeres del bueno de Logan. Porque Lobezno no es nadie sin sus protegidas (Kitty, Júbilo), sin sus psicópatas (Víbora, Elektra, Dama Mortal), sin sus amores imposibles (Jean Grey, Mariko). De ahí esta imagen que ven, inspirada por Roy Linchtenstein - de estas propuestas de portada me he enterado en este santo lugar -. Es un chiste pop para una vida emocional turbulenta. Un juego de espejos. Siempre gusta ver viñetas al óleo. Y al revés.

Sex and Science


El responsable de este delirio se llama Nate Wragg y tiene un blog. En él podéis encontrar su proyecto Ancient Book of Sex and Science. La consumista que hay en mi me empuja a que lo compre (cuando salga este próximo mayo). No sé qué hacer...

Abrazos rotos

Más allá del efecto Boyero. Me gustaron las ficciones capilares, la fotografía saturada, la dobladora, Mujeres y maletas, los homenajes al cine dentro del cine, mirar en los cajones de un director ciego. De este cine de la hipérbole sigo amando La flor de mi secreto sobre todas las producciones de su etapa más barroca. Porque estos abrazos me han resultado un tanto fríos, distantes, estetas. Extremos, pensados, tremendos. No entendí qué hacía Cat Power en la banda sonora ¿Un guiño a la Coixet? Y Almodóvar recupera a la clásica femme fatal, la de moral laxa, la del destino programado, la perdida y caprichosa que juega con las cartas marcadas. Un clásico, vaya. Al carajo la posmodernidad.

Modesty Blase

¿Qué fue primero, el cómic o la novela? Necesito respuestas ;)

lunes, 23 de marzo de 2009

La Cena


Tomates verdes fritos, Lejos del cielo, Las Horas... Años cincuenta, pintalabios y gominolas. Irresistible Amanda Fucking Palmer!!!

Hueca

La autobiografía se compone de omisiones. El vacío entre ayer y hoy lo llena esta imagen. Hace cinco minutos que esta Alicia tiene banda sonora. I walk through the streets and memorize the city. Y los corazones que se hunden más, y más, y más... en el maldito agujero de gusano; un órgano de fondo recuerda a los Smiths, al primer disco de The Cranberries, a The Organ antes de que se atrevieran a triturar el contexto. Ahora solo tengo mermelada de post-adolescente en conflictos para desayunar. Hablaré de superhéroes a unos cuantos [post-adolescentes], en la universidad, y no logro diluir este vacío. En mi descenso por la madriguera hasta he perdido la hache de mi reino: solo me queda esta insoportable oquedad del ser, pero sin Kundera de por medio. Delirio es de Cortázar.

The Couriers

Sylvia Plath

Damaged

Lo que más me ha gustado de la exposición de Walker Evans es leer en una pared - entrecomillado - que es en el metro, en el submundo, bajo tierra, donde los ciudadanos se quitan la máscara. La eterna búsqueda de la derrota en el rostro de los que vuelven, de los que van, de los que están. Y el espejo te devuelve la intención. Llámalo realidad. I am a camera.

Mi bañera, que buena sala de espera...

La echo de menos. No dudo que la banda sonora sería The Horrors. No puedo parar de deshacerme, como una pastilla de jabón, cuando me acompañan por las noches. Me falta la lámpara de lava para que todo sea como entonces...

viernes, 20 de marzo de 2009

Entre-textos espec(tac)ulares



La dama ante el espejo
Como en embriagadora especería
desata sin ruido en la fluidez clara
del espejo sus fatigados gestos;
e introduce allí su sonrisa.
Y aguarda hasta que de todo eso ascienda
el líquido; luego vierte el cabello
en el espejo y, alzando los hombros
maravillosos del traje de noche
bebe callada de su imagen. Bebe
lo que una amante en éxtasis bebiera,
inquiriendo desconfiada, y hace
un guiño a su doncella, si ve luces
sobre el fondo del espejo, roperos,
y lo turbio de una hora trasnochada.

Rainer Maria Rilke

Futura, la moderna promethea

"La misoginia no se inventó en el XVIII, pero sí encontró un extraño aliado en la ciencia. La incorporación de la mujer al trabajo, los cada vez más populares clubs para señoras y los primeros movimientos feministas estaban cambiando el papel de las damas - hasta ahora, esposas, madres y abuelas - tan rápidamente que sus padres y maridos no sabían por dónde cogerlas.
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Políticamente, las mujeres van de mal en peor. La miseria de la clase obrera desplazada por las máquinas lleva a los hombres a los bares a sus mujeres al callejón, donde se multiplican las prostitutas y las enfermedades venéreas. Científicos y filósofos con cierta reputación publican estudios que demuestran que la mujer es poco más que una garrapata, prácticamente retrasada, histérica (poseída por las pasiones más elementales), vampírica (usurpadora de la energía vital y creativa del hombre), vehículo de podredumbre, estupidez y enfermedades y, en muchos casos, criminal.
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Los escritores, pintores y músicos decadentistas invocana las fatales de la mitología y la segunda mitad del XIX se llena de medusas, salomés, fornicadoras de serpientes y aliadas de Satán, así como de prostitutas y descerebradas que arrastran a los mejores al abismo de la carne y la perdición.
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La andreida de Metrópolis, la novela de Thea von Harbou llevada al cine por su marido Fritz Lang, le debe mucho a sus complacientes primas, pero solo en el hardware. Si aquellas estaban fabricadas para sustituir a la mujer imperfecta y erradicar sus peligros, Futura es su reverso oscuro, el vehículo de la venganza de un científico que enloqueció por amor. En ella se reúnen todas las fatales célebres; como Ligeia, es una mujer amada que vuelve de la muerte; como las brujas, usurpa la identidad de la virginal María para seducir al protagonista y destruir la ciudad con la ayuda de los hechizados obreros. Como la diosa Discordia, su presencia desalmada destruye todo lo que toca y su presencia gélida engendra pasiones violentas donde quiera que va. Es el arma definitiva, una Helena de metracrilato que reducirá el imperio de las máquinas a cenizas para que se vuelva a reconstruir, esta vez humanizado."

jueves, 19 de marzo de 2009

Eat me


Puede que sea un problema de apetitos, apetencias. O puede que tan solo sea la primavera que invita a caminar sin medias por las cornisas. Ayer leí un cuento y se me han quedado pegadas sus palabras.

"Hay un tipo de belleza - una belleza rara, nada canónica - que crea cierto vacío a su alrededor y hay gente que siente una potente atracción por ese vacío. Él había pertenecido a ese grupo de gente. Cuando quiso recuperarse se encontró pensando - una estúpida defensa universitaria - que las personas eran como las civilizaciones, que todas tienen su período de esplendor. (...) Pensó que esa época de esplendor abarca en algunas personas ciertos años de su infancia y que en esos años parece que su destino ha de ser grandioso. Pero, luego, en la adolescencia, se apagan para siempre y nunca llegan a ser lo que parecía que iban a ser. Y que en cambio hay otras que participan de esa gloria - con una brillantez inusitada y torrencial - en su juventud: suelen quemarla como se queman las alas los insectos nocturnos al acercarse demasiado a la lámpara. Su vida acaba siendo la supervivencia de la sombra de lo que fueron."

Se lo leí a un buen amigo y me sugirió que dejara estas filias literarias en suspensión. Demasiada carne literaria, porque en este cuento la carne viene después y es de un color mortecino, pero dorado por el sol. Se titula Ecuador y lo firma José Carlos Llop. Lo leí en el autobús 146, apoyada en una columna. Creo que también lo leyó el chico que tenía detrás, porque no dejaba de sonreir culpablemente cuando le miraba por encima de mi hombro. Me gustó que se decidiera por mi libro y no por el periódico del señor de al lado. Una ficción (afección?) vespertina antes que la actualidad trasnochada. Los restos del día, para otra ocasión.

martes, 17 de marzo de 2009

Mi intimidad se construye porque tú existes

"Amo y hablo contigo a solas. No espero que me contestes. Es una libertad que me tomo, buscando espacio que habitar, territorio, aire, amor, y un poco de hermandad incestuosa. Si no ¿a quién me voy a contar? Así, quiero decir, llamándome Alejandra. Mi intimidad se construye porque tu existes.

A veces te escribo cartas que no te envío porque me digo: no le molestes y no des lo que no te piden; luego te quejarás de que no te vuelva nada y nadie será responsable de tu anemia amorosa más que tu. Y tendrás que volver a buscar nutrientes bajo la tierra y no debes, porque has prometido no acercarte más a la muerte, has jurado no hacerlo... Pero también me digo que no hay nada peor que dejar que el deseo se adelgace hasta hacerse tan sutil que deje de sentirlo, que deje de tensarse hasta dejar de ser deseo. Entonces lo alimento, soplo a las brasas para que no mueran y mi aliento vuelva a ser cálido.

De vez en cuando vuelvo a estas páginas con la boca llena de tierra. Como si una de cada tantas olas del mar por debajo me trajese aquí.

Pero hay más. Hay una galería de espejos que romper a pedradas, una convicción de que sólo el cuerpo es cierto, los eclipses, que odio, un perro abandonado –siempre hay un puto perro abandonado-, la pregunta qué coño es eso de ser un hombre, y la respuesta: en todo caso, algo bien distinto a un coño… Y también está la imposibilidad de agarrar lo que pasa y mirarlo por todos sus lados, describirlo, entenderlo; una ausencia no es un piano. Ojalá pudiera hablarte con palabras vivas, ardientes, pero las sombras, la carencia de sexo, esta sed…"

lunes, 16 de marzo de 2009

Agotadas de que nos partan en dos


"Pero un poema tan solo es una carta
extraviada
en el buzón del tiempo"
Alberto Vega


I am easilly broken. Es más fácil si lo dices en inglés. Cualquier confesión, por escrito, da menos vergüenza. La doblas en dos, en cuatro, en ocho partes y la guardas en el bolsillo izquierdo de tu cazadora de segunda mano. Un poemario prestado en el zurrón y la baraja en los calcetines.

Hace un mes, por estas fechas, escribí unas cuantas cartas, alguna que otra postal y envié un paquete, grande, al otro lado del charco. Es una costumbre familiar. "Al otro lado del charco". Ocurre a veces, como el acento de mi madre o los sobres de colores. Tengo demasiadas palabras pendulando sobre mi conciencia. Porque son deudas cercanas, resistentes. Un libro, unos chicles de canela, una foto a medio hacer. Y un poema.

"Soñábamos con utopía y nos despertamos gritando", dice Bolaño; pero me he quedado afónica de tanto esperar a Cirlot. Loca, sinestésica y desordenada. No quieras saber cómo hacer de lo cotidiano un jodido milagro. Estamos agotadas de esperar el fin.

Los Noveles


sábado, 14 de marzo de 2009

Luna llena. Vísperas del cambio. Idus de marzo...

"Hoy he encontrado una bola siete al salir del trabajo. De color rojo. En la acera. También me he cruzado con una mujer que tenía un ojo de cada color, como David Bowie. La asimetría no siempre es síntoma de enfermedad".

Lo dejé escrito en un cuaderno, junto a mi ordenador, pero no recuerdo en qué momento de la noche del miércoles. La luna, llena. El corazón, revuelto. El día antes descubrí que mis piruletas favoritas se gangrenaban en el mostrador de mi chino preferido (porque me cuida, porque me ofrece una bolsa siempre, aunque yo no se la pida). Compré dos. Ambas se hicieron añicos por el camino. Corazones pulverizados. Como huevos de posguerra.

"Las realvisceralistas somos así", hambrientas, llorosas y alegres. Como las mujeres de los lunes de uno de los cuadernos de Max Ernst. Jodidamente telúricas, terriblemente húmedas. Abiertas en canal, con el corazón hecho mermelada y guardándose de los idus.

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[Querría suceder a un hombre triste en su rutina, querría entrenarme como él. Dejar de ser una nebulosa en el espejo. Concretar mis intenciones. Cre(c)er]

domingo, 8 de marzo de 2009

viernes, 6 de marzo de 2009

En la biblioteca


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Películas con escenas en la biblioteca: Expiación. Un dos, tres, responda otra vez...

miércoles, 4 de marzo de 2009

Una cita encontrada en el momento preciso

Estaba a punto de vomitar una serie de improperios. Ustedes no lo entienden, pero los egos (se) me atragantan. Y entonces una cita se ha cruzado en mi camino. "Todo crítico ¡ay! es el triste final de algo que empezó como sabor, como delicia de morder y mascar." Cita de Julio Cortázar extraída de "El Perseguidor" y encontrada en un blog que está de enhorabuena porque hace poco que se ha topado con Bolaño. A veces se me olvida seguir las señales y me da por convertirlas en indicios, síntomas de una enfermedad sin diagnosticar. Espero, eso sí, que sea contagiosa.

Coraline


Aquí tardará en llegar un poquito todavía, con todo el tiempo que llevamos esperándola. Tan solo incidir en que la versión cómic, dibujada por Craig Russell, está bien (ni frío, ni calor). Es correcta, nítida, luminosa. Se echa de menos un poco de mala leche en el dibujo, pero se disfruta tanto como el libro de Neil Gaiman. Este experimento, donde se mezcla realidad y ficción, también me gusta, creo que es por la música, muy Chris Columbus en Home Alone.

martes, 3 de marzo de 2009

Dos versiones comiqueras que necesito


En la tierra de Oz

Me encuentro esta tierna maravilla navegando por la red. Achuchables, ¿verdad? Les añado otra bella ilustración al post, por si son sensibles a las cosas bonitas y, además, tienen curiosidad.

Como a otras muchas...

... me gustan complicados.

lunes, 2 de marzo de 2009

(Per)versiones

Últimamente esta mujer cuida muchos de mis vicios. Este lo firma Hikari Shimoda.

XXY - El Imperio Contrataca

"Hacer" historia, ya sea autobiográfica, académica o clínica es, en parte una lucha por fundamentar un testimonio en un determinismo natural. Los cuerpos son pantallas en las que vemos proyecciones de acuerdos temporales que surgen tras luchas incesantes por creencias y prácticas dentro de las comunidades académicas y médicas. Estas luchas se desarrollan en campos de batalla muy alejados del cuerpo. Cada lucha es un esfuerzo por lograr una posición hegemónica fundamentada en una profunda moralidad, llegar a una explicación de peso, incuestionable para entender por qué las cosas son como son y, en consecuencia, cómo deben seguir siendo. Es decir, con cada teoría habla la cultura a través de la voz de un individuo. Los que no tienen voz dentro de esta teorización son los transexuales.

Como ocurría desde el principio de los tiempos con las mujeres, sobre las que teorizaban los hombres, los teóricos de la identidad sexual han percibido a los transexuales como personas que no constituían sujetos agentes. Como ocurría con las personas "genéticamente" "mujeres", a los transexuales se los infantilizaba, se los consideraba demasiado irracionales o irresponsables para lograr la categoría de auténtico sujeto, o eliminados clínicamente por medio de los criterios diagnósticos o, como algunas pensadoras del feminismo radical los han retratado, como robots esbirros de una patriarquía insidiosa y amenazadora, un ejército alienígena diseñado y construido para infiltrarse en el mundo de la "verdadera" mujer, pervertirlo y destruirlo. Según esta concepción los transexuales han sido cómplices al no haber desarrollado un discurso contrario que resultase eficaz.

El Imperio Contrataca - Un manifiesto post-transexual - Por Sandy Stone