"Pero un poema tan solo es una carta
extraviada
en el buzón del tiempo"
Alberto Vega
I am easilly broken. Es más fácil si lo dices en inglés. Cualquier confesión, por escrito, da menos vergüenza. La doblas en dos, en cuatro, en ocho partes y la guardas en el bolsillo izquierdo de tu cazadora de segunda mano. Un poemario prestado en el zurrón y la baraja en los calcetines.
Hace un mes, por estas fechas, escribí unas cuantas cartas, alguna que otra postal y envié un paquete, grande, al otro lado del charco. Es una costumbre familiar. "Al otro lado del charco". Ocurre a veces, como el acento de mi madre o los sobres de colores. Tengo demasiadas palabras pendulando sobre mi conciencia. Porque son deudas cercanas, resistentes. Un libro, unos chicles de canela, una foto a medio hacer. Y un poema.
"Soñábamos con utopía y nos despertamos gritando", dice Bolaño; pero me he quedado afónica de tanto esperar a Cirlot. Loca, sinestésica y desordenada. No quieras saber cómo hacer de lo cotidiano un jodido milagro. Estamos agotadas de esperar el fin.
1 comentario:
Agotada, esa es la palabra.
y sí, partida en dos
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