domingo, 19 de diciembre de 2010

Seguimos vivas


Fotos de hotel o autorretratos de foto-matón. Auténticas declaraciones de amor. Amor verdadero, o eso me vendes. Se molestaron en registrar la marca, en calcar el sueño, en grabarte en un mismo DVD Dirty Dancing, Ghost y La Princesa Pometida. Auténtico sentimiento. Pirateado.
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No me creo el platonismo de Bastien Vivès, por mucho que desgasten la mirada sus protagonistas masculinos. No me lo creo. No lo quiero. Prefiero la mirada herida de Kiriko Nananan. Porque no hay amor en El amor duele. Solo realidad aumentada, como si le atrajera la arquitectura del deseo y quisiera dejarlo expuesto, desnudo, sobre la mesa de disección. Corazón troceado en viñetas. Listo para sorber.
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El amor de los cuentos solo es posible como consecuencia de la humillación, como consecuencia de la desconfianza, como consecuencia de haber tocado tanto, de haber esperado tanto, de haber amado tanto. Es el corazón de la Liddell el que grita. Hecho papilla. Desde hace más de un año.
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We´re still alive.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

martes, 7 de diciembre de 2010

El hijo que duele

Nació el nueve de la tristeza más absoluta. De la ausencia. Del dolor. De volverse todo lágrima cuando el recuerdo asalta el corazón. Con dos pistolas, cargadas ambas de enfermedad, rabia e impotencia. Nacer de la pérdida y ser el noveno de los niños es una putada, pero también es un milagro. Ya solo nos queda cerrar este hueco tan absurdo con palabras, recuerdos y una historia (in)acabada. Hay mucho más en este Rantifuso de lo que pueda parecer. Hiere y quema. Atraviesa y desgarra. A cada uno de sus autores le será difícil olvidar el porqué. No hay catarsis. Hoy lo único que persiste es esta pena irremediable. Y la ilusión de que otros vean las páginas de Rafa terminadas. No se puede pedir más a este otoño tan largo, tan crudo. No se va a dejar arrancar mucho más.