sábado, 31 de enero de 2009

Mañana dormiré hasta las tres

Borracha de frivolidad. Pero yo no soy Olvido. Tengo sueño(s) efímero(s), superficial(es), que se consumen en las pupilas de mi hermana pequeña. He escuchado rancheras al anochecer y me he acordado de Angélica. Y del preso número nueve [que era un hombre muy cabal]. La Capitana también ha visitado a la Liddell. Inevitabilidades. Y la minúscula dice "te echo de menos". Ruborizada, busco chicles de canela entre mis cómics. Para la nebulosa guardo caramelos de regaliz [y otros caprichos]. Mercado común [de emociones]. Llenando el hueco con proposiciones decentes, de madrugada. Hace dos noches me tomé un té con un duende de botas rojas. Dice que quiere que le enseñe las azoteas de Madrid.

Esta semana sideral ha pasado a todo tren, que no a todo amor, hasta el punto de que ya no recuerdo de qué color es el hilo que llevo en las encías. Los anzuelos pueden ser/estar pendientes. Y la cantante de boleros baila canciones de los años veinte un miércoles en un bar. Lleva en la cabeza una mariposa y te puede llegar a preguntar por Galdós en un examen de recuperación. De 4º de la ESO. Va a resultar que el eclipse nos ha sentado bien.

martes, 27 de enero de 2009

lunes, 26 de enero de 2009

Esculturas de Luz


(Ex)clama

Y abre la boca, poco a poco, para saber de qué color es la nieve. Frío en los huesos. Y arena en los zapatos. No me dijiste que la adolescencia te esperaba después de cada ruptura...

martes, 20 de enero de 2009

lunes, 19 de enero de 2009

Edgar Allan Poe no estaría orgulloso de mi

Desde mi hora más tierna no he sido como otros fueron y no he visto lo que otros vieron. Puede que pudiera extraer de una fuente parecida algún que otro placer, pero mi desconsuelo me ha acompañado todos los días. Mi corazón ha logrado vibrar alguna vez al mismo tono y siempre he deseado amarlo todo, pero nunca sola.

Me revelo como una niña de corazón cálido y de pies fríos, de infancia perpetua y juguetes rotos; aún así, compartidos. Una chica (que no mujer) a medio hacer que escoge la primera persona para acercarse a quien lee, pero que prefiere las máscaras literarias, seudónimos y demás recursos de cobardes para construir realidades que se escapen de las percepciones lineales; más allá de biografías y heridas de guerra, suturas de emergencia y noches de delirio alcohólico en no-lugares.

Porque alone no suena igual que sola. Porque los poemas de Poe retumban, intrigan; no perdonan.

Este cuadro me (re)mueve...

Bacon no ha cesado de pintar cuerpos sin órganos, el hecho intensivo del cuerpo… La Figura es precisamente el cuerpo sin órganos (deshacer el organismo en provecho del cuerpo, el rostro en provecho de la cabeza); el cuerpo sin órganos es carne y nervio: lo recorre una onda que traza en él niveles; la sensación es como el encuentro de la onda con Fuerzas que actúan sobre el cuerpo

Francis Bacon. Lógica de la sensación - Gilles Deleuze

viernes, 16 de enero de 2009

No se puede ser inconsciente conscientemente

Freud despreciaba a los surrealistas al considerar que solo cuando miramos para otro lado aflora el inconsciente. No se puede ser inconsciente conscientemente. De un modo similar, el arte aparentemente menos político es el más instrumentalizado políticamente. Todo arte es político, pero normalmente quien se fotografía con el poder asegura tener solo un interés poético.

Richard Serra en El País.

jueves, 15 de enero de 2009

Como una muñeca rusa

No se trata de celebrar la diferencia sino de aplaudir la diversidad. Una vez me dijeron que la convivencia no se consigue uniformando, pero me costó imaginar a las personas unidas presisamente por aquello que las hace distintas. Las dificultades se agravan. Y yo quiero levedad. Como la de aquella sonrisa inglesa, con la posibilidad de una isla por montera. Y dejar de creer que el tedio es lo que mueve el mundo, aunque Umbral lo escriba en las paredes de los no lugares. Nos hemos vuelto demasiado exigentes, con nuestros cuerpos. Poco le pedimos a nuestras almas maniatadas. De ahí esta profunda tristeza.

Ayer miré a una desconocida y la idealicé. No lo había hecho este año y me pareció curioso. Las expectativas marcan el camino de baldosas amarillas. No dejo de caer por esta madriguera de espejos invertidos. Hoy el reflejo duele. Tengo que empezar a vestir máscaras, me digo. Como una muñeca rusa. Como una jodida sociópata protagonista de alguna película olvidada de serie b.

miércoles, 14 de enero de 2009

martes, 13 de enero de 2009

Generación a prueba de shock

Destituyen a Ignacio Escolar de la dirección del diario Público cinco días después de que se anunciara el cierre de ADN.es. No me voy a poner a debatir en plan sofista, tan solo voy a dejar aquí escrito que la política empresarial de los medios de este país apesta. Lo verán ustedes solos si le echan un vistazo al patio de atrás.

lunes, 12 de enero de 2009

domingo, 11 de enero de 2009

Shintaro Kago todos los días

Me entero de que Shintaro Kago ha decidido regalarnos una ilustración por día. En su blog.

Kiss, kiss ¿keys?

Día frío. El año camina a la pata coja. En el cielo una luna que empieza a menguar. Malas noticias, dentro y fuera. Pasan cosas extrañas, extremas, los días de luna llena. Dicen que el horóscopo de este año estará del lado del agua y la balanza. Kiss, kiss ¿keys? Y la tarta de arándanos a media noche, con Cat Power de fondo. Narraciones de mitos cercanos, casi transparentes en una sala oscura. Tan puros, tan blancos, que hieren. Correspondencias. Y puertas que se cierran.

viernes, 9 de enero de 2009

Nieve en los Madriles

Desde mi ventana veo nevar. Los copos se estrellan contra el cristal. Fantaseo. Abandono mi ordenador para jugar en la calle Goya con otros niños de chaqueta y niñas de corbata. Las fuentes de Colón, congeladas, transparentes. Y los niños de verdad lanzan bolas contra nuestras caras de maletín y perfume de anuncio. Dándonos de lleno en el perverso lado izquierdo. Con sus aires arrogantes y sus ojos de algodón.

miércoles, 7 de enero de 2009

lunes, 5 de enero de 2009

Sobre árboles a principio de año

Goethe decía que él era un abeto enamorado de un limonero. Porque tenía pasión por los países mediterráneos. Yo soy un limonero enamorado de un abeto.

Ana María Matute

viernes, 2 de enero de 2009

Reset

Un duende extraño me ha regalado una baraja incompleta. Los corazones de estos naipes son rojos, muy rojos, como las rosas de American Beauty. Como las rodillas de una niña desobediente. Tengo chicles de canela en el bolsillo. He vuelto al chocolate blanco y al té de vainilla. Me apetece caminar por la ciudad, como aquel paseante de los ochenta, y atrapar las barberías añejas con mi objetivo. La mujer es la cámara, mirada y reflejo. Y el corte de pelo es importante, al igual que el maquillaje que te hace parecer menos agotada, más sana. En lo epistolar hay cuerpo y letra. Y la casualidad es un pilar fundamental de esta ciudad, sobre todo si ayuda a que las paseantes se reconozcan. Faltan colores en la paleta, por encima de las nubes. En el firmamento. Ya nada es lo que parece. Pegadme en la cara con la ilusión de la tábula rasa, como en verano con aquella agenda, pero cambiando de estación. Siguiente parada: el principio de todas las cosas (sagrado, por ende, censurado).

Haemoglobin - Placebo

jueves, 1 de enero de 2009

Jen Hsieh y los secretos al oído (¿son de viejas?)

Solo ellas cuenta la historia de las "mujeres del excedente", un siniestro sintagma que esconde cerca de millón y medio de mujeres en Reino Unido programadas paras ser madres y esposas y que vieron frustradas sus aspiraciones por culpa de la I Guerra Mundial.

"Inteligente, graciosa y valiente, Winifred Holtby era la encarnación poderosa de la filosofía particular de su creación, Sarah Burton. 'Nací para ser ser soltera y vive dios que me voy a soltar'. Provistas de coraje, humor y orgullo, Sarah Burton/Winifred Holtby miraban hacia adelante. La guerra había pasado. Se había llevado a los maridos de dos millones de mujeres, pero también su vergüenza. Sentirse una entre dos millones de mujeres ya no generaba el mismo sentimiento de culpabilidad que antes, cuando la soltera sentía vergüenza de ser incapaz de atraer a un hombre. Ahora no estar casada era más un infortunio que una falta y, por esta sutil diferencia, se revalorizaron en su poder e importancia."

La ilustración es de Jen Hsieh. Utiliza el rotulador para dibujar.