lunes, 28 de abril de 2008

Sirena


Tengo la convicción de que no existes

y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.


Mario Benedetti - Poemas del alma

3 comentarios:

AAN dijo...

¡¡Peter!!

Anónimo dijo...

Precioso, Benedetti, siempre Benedetti. ¿Sabes que tengo un libro firmado por él?

alejandro dijo...

Ella debiera morir. Pero, no. Seguirá viviendo.
Ella vive. No muere. Muere más tarde, de esa trampa de ser la prisionera de un hombre y, a la vez, amarle.
Y vive, lo hace hasta el final de los tiempos.
Vive de saber, de conocer que el amor sigue ahí, entero, incluso roto, que sigue siendo un dolor a cada instante, pero que, pese a todo, sigue ahí, presente, entero, siempre más fuerte.
Y muere de ese amor.

("Escribir", Marguerite Duras)