
Porque, como bien sabe Vila-Matas, para poder escribir hay que deshacerse del exceso de equipaje. Entrar en un delirante laberinto, perderse en Port Actif o arribar a la Interzona. Seducir a una mujer fatal, que resulte ser tu esposa y pegarle un tiro en la cabeza. Amar a Robocop duele. Crear, según Cronenberg, también tiene que doler. Si no, no es verdadera creación. Y el bucle de todo shandy está en la constante renuncia de la madre, de la esposa, de la falsa musa. Hay que deshacerse del exceso de equipaje. A tiros. Y comerse el cadáver ¿Va a facturar? Solo una Martineli, veneno para cucarachas y un billete de tren en los bolsillos. Un viaje literario. Sentirse cucaracha. O un creador. O una perfecta paridora.
1 comentario:
¿aún vive de esa trampa pequeña?
(le deseo fuerza en el camino)
Publicar un comentario