
Recordar, a veces, es bueno. Rescatar cuentos de hace tiempo, también. Termita Caribe es la responsable de que
Mullholand Drive vuelva de mi memoria a la virtualidad. Solo si pinchan en el enlance. Por cierto, gracias a la Gran Termita Literaria (sí, me refiero a vos); que se acuerden de una en estos términos ilumina los días, sobre todo en verano.
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