lunes, 24 de noviembre de 2008

No recordaba lo que dolía leer a Bradbury

No le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. Mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosallamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag.

Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo lowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian.

No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego (y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo) es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario.

Monólogo del capitán Beatty a Montag
Farenheit 451 - Ray Bradbury

3 comentarios:

Anónimo dijo...

...ouch!

Isabel Tejada Balsas dijo...

ouch! elevado a nivel exponencial ¬¬

Samu dijo...

¡¡Qué gran libro y qué asco de peli!!
(con mis respetos hacia Truffaut...)