"Tal vez la crítica, hoy (¿siempre?), podría ser mejor, más aireada (no necesariamente airada), si se dejara soprender en mayor medida, si fuera más particularista y más juguetona (ver, leer a Doris Sommer: 'Abrazos y rechazos. Cómo leer en clave menor'). Pauline Kael decía que no sabía qué pensaba realmente sobre una película hasta que terminaba de escribir. Hoy (¿siempre?) el crítico está llamado a poner en práctica una paráfrasis de Kael, a no saber qué piensa realmente de la escritura hasta que termina de escribir (y leerse). Cuando se termina un texto, ya no se escribe igual que antes. O no se debería."
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