"Quien tanto se precia de servidor de vuesa merced, ¿qué le podrá ofrecer sino cosas del culo? Aunque vuesa merced le tiene tal, que nos lo puede prestar a todos. Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apretadamente. De mi celda, etcétera."
Don Francisco de Quevedo se entretiene en este Tratado que ha provocado más de una carcajada en el entorno familiar, acompañado de luxaciones varias y algún que otro desencajonamiento de mandíbula.
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