Después del Salón, después de Barcelona, después...

Confesarles que he ido dejando esta crónica de viaje para después. La razón no la tengo clara, supongo que necesitaba reposo, leer blogs amigos, enterarme de experiencias surrealistas, (re)construir lo vivido. La vuelta a la rutina ha sido estimulante. El viaje, lejos de resultar un bálsamo, ha sido un frenético ir y venir; conocer, hablar y escuchar; desbarrar y compartir. Barcelona esconde magia en sus calles. Y en sus patios interiores. Esa es una certeza.

La ida en tren comenzó con cómic. La película Stardust y una servidora disfrutando como una niña junto a ejecutivos encorbatados y señores de negocios. Ya en la ciudad condal el comando Rantifuso mostraba orgulloso su pequeño retoño, ese número seis que tantas alegrías nos está dando. La experiencia grupal la tienen amorosamente descrita en este enlace que les ofrezco.

El Fanzine Enfermo se hizo con el galardón al Mejor Fanzine del Salón 08. Este año no pudo ser. Los Ojo de Pez abrazaron el premio del público. Paco Roca arrasó con su Arrugas y Pascual Ferry dijo cosas bonitas y coherentes sobre la industria y los superhéroes.

La zona fanzinera hirvió. Los furbys homicidas desaparecieron. Conocí a alguno de ustedes, virtuales primero, de carne y hueso después. Los reencuentros también se sintieron fuerte. Agotamos lo que llevamos del nuevo número. Algunos aguantamos alguna que otra hora para sorprender a la familia con algo exclusivo y único. Otros rindieron devoción y pleitesía a sus héroes. Todos nos fuimos de allí dejando un pedacito de nosotros y pensando en el siguiente encuentro, en el próximo año.

Para entonces, espero que mis mujeres extrañas hayan pegado el estirón...