Para los que pensamos mal y vemos deforme, el famoso Beso de Klimt encierra una triste historia. Donde algunos ven emoción y entrega, yo vislumbro miedo y obligada inconsciencia. La irrealidad de su pan de oro, el instante perfecto y temido, las manos de él y el gesto abandonado de ella ¿Ella se abandona o se somete? Se rinde a esas manos grandes y perfiladas, se arrodilla sobre las flores y dice sí quiero. La mano de él en el cuello de ella. Un abismo a la derecha. Él busca sus labios. Ella cierra los ojos ¿Reza? Frena su mano. Le abraza. Él entierra su cara para no salir en la foto.
La versión que les propongo de Chris Bachalo me gusta. Supongo que es por los gestos, los brazos que sobran y sus expresiones. Pero seguiré meditando...
domingo, 4 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Es una ilustración muy bonita. Bachalo tiene cosas preciosas...
En mi inconsciente femenino siempre pensé que ella se dejaba "adorar" por él... A veces no está mal hacerlo.
Pero es cierto... puede que ella sólo esté intentando escapar de su abrazo, o puede que aún ni siquiera tenga decidido qué hacer con él.
:)
El Beso es extraño, no es canónico, y eso es bueno, ;)
Publicar un comentario