Cuarto de siglo...

Una vez le conté a uno de mis ángeles de la guarda que no me gustaba estar tan cerca del suelo. Prefiero las alturas, sobre todo en esta ciudad. Tampoco creí que llegaría a cumplir 25. Cuando tenía doce o trece años, en una biblioteca, escribí en un libro de texto cosas sobre el futuro. Sueños, proyecciones. El cuarto de siglo quedaba tan lejos. Creo que he pasado por los 24 sin saber que eran 24. Solo he sido consciente de ellos cuando en la peluquería a la que solía ir me dejaron de hacer descuento. Ayer volví a ver Terminator. Los ochenta no eran tan terribles, me dije. Además, yo pedí nacer antes, en ese libro de texto, para poder rendirles pleitesía a Depeche Mode cuando invocaban en escena su Black Celebration. Era muy niña cuando murió Kurt Cobain y el Brit Pop me estalló de frente. Si, pertenezco a la generación que vio La Guerra de las Galaxias en cine a finales de los noventa. Sigo llorando con Mi Chica y echo de menos los dibujos animados de por la tarde. Esto de crecer es duro, por eso me han regalado dos muñecas de Wonder Woman, para compensar. Parece que últimamente me pierdo entre tanta cultura de masas. Hoy dormiré poco. Me quedaré hasta entrada la madrugada mirando por la ventana. Mañana soplaré las velas, una vez más...