martes, 4 de noviembre de 2008

Política ficción

Estos días están siendo densos. También fríos. El espesor del ambiente no me deja ver con claridad. Las ideas se me apelotonan en la cabeza. Supongo que escribir puede ayudar a ponerlas en orden. Un poco, solo un poco. Un libro me lleva acompañando los trayectos de metro y autobús desde la semana pasada. Se llama Puntos de Reflexión y lo firma George Lakoff. Este libro dice cosas interesantes sobre comunicación política. Los que trabajamos en el gremio sabemos que todas nuestras estrategias proceden de la comunicación política, de ahí que este libro me tenga abducida, no tanto por la cuestión laboral (me gusta mi trabajo pero tampoco nos pasemos) como por el potencial de análisis de las herramientas que ofrece.

En vísperas de las "elecciones del cambio" me es imposible no hacer referencia a Aaron Sorkin y la serie de política-ficción que vaticinó lo que todos ustedes han estado consumiendo: El Ala Oeste de la Casa Blanca.

La campaña demócrata en la serie El ala Oeste de la Casa Blanca que narraron en las temporadas 2004-2006 tiene unas sorprendentes cercanías con la protagonizada por Barack Obama. El candidato demócrata, el hispano Matthew Santos (interpretado por Jimmy Smits), triunfa en las primarias de su partido contra un político que estuvo dos legislaturas con el presidente saliente. Y luego gana a un maduro contrincante republicano. No es casualidad. Los guionistas han admitido haberse inspirado, hace cuatro años, en un joven político de Illinois, Obama. Smits ha participado en su campaña y en un juego de fusión total entre realidad y ficción, The New York Times publicó un encuentro entre Obama y el personaje del presidente saliente de la serie, Jed Bartlet. Lo escribió Aaron Sorkin, el creador de la misma.

La cursiva pertenece al artículo de Tomás Delclós publicado ayer en El País. De este extracto surge la esperanza: la ficción y la realidad se retroalimentan ¿He dicho esperanza? Puede que sea una de las últimas perversiones. O puede que los simulacros, en verdad, nos recuerden cómo ser mejores.

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