Ya lo decía HR Giger, no hay nada más terrorífico que una sala llena de niños llorando. Los infantes siniestros de Kokomoo recuerdan un poco a Shintaro Kago, solo que en blanco y negro. Siniestros y per- ver- sos. Muy de lunes (santo).
Ya lo decía HR Giger, no hay nada más terrorífico que una sala llena de niños llorando. Los infantes siniestros de Kokomoo recuerdan un poco a Shintaro Kago, solo que en blanco y negro. Siniestros y per- ver- sos. Muy de lunes (santo).
2 comentarios:
y yo que sólo quiero que un infante de esos...
definitivamente, querida amiga cárnica, está usted revolucionada
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