Y lo vuelven a hacer. Es lo que tiene amar tu trabajo, que todo el mundo lo nota. Pixar sabe hacer magia de la buena. Capaces de convertir una película de manual en otra jodida obra maestra. Enamorada de los primeros quince minutos de metraje y de los créditos del final. Y los globos, qué delicia metafórica.
No hacen falta zapatos rojos para volver al hogar... los amigos son el hogar ¿Un vulgar tópico? Podría ser, pero Pixar tiene el extraño poder de convertir los más manidos clichés en pura poesía audiovisual...
Alabados sean...
1 comentario:
¡Qué ganas de verla!
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