De la inquietante y esteta Marissa Tamari
En Dialéctica de la Ilustración, Max Horkheimer y Theodor Adorno hablan del deseo mimético de fundirse con el mundo, pero también del miedo a ser poseído por las fuerzas desconocidas que este deseo puede engendrar. En un pasaje curioso y bastante siniestro, Martin Heidegger describe cómo, en la Primera Guerra Mundial, los soldados de ambos bandos del conflicto podían encontrarse cara a cara en el frente y así identificarse con el otro, "uniéndose en un solo cuerpo" (la expresión es de Ernst Jünger). Semejante encuentro imaginario, lamenta Heidegger, no fue posible en el contexto mecanizado de la Segunda Guerra Mundial. Un escenario de combate cuerpo a cuerpo es más plenamente simbiótico que la empresa vilmente impersonal del asesinato a larga distancia".
En Dialéctica de la Ilustración, Max Horkheimer y Theodor Adorno hablan del deseo mimético de fundirse con el mundo, pero también del miedo a ser poseído por las fuerzas desconocidas que este deseo puede engendrar. En un pasaje curioso y bastante siniestro, Martin Heidegger describe cómo, en la Primera Guerra Mundial, los soldados de ambos bandos del conflicto podían encontrarse cara a cara en el frente y así identificarse con el otro, "uniéndose en un solo cuerpo" (la expresión es de Ernst Jünger). Semejante encuentro imaginario, lamenta Heidegger, no fue posible en el contexto mecanizado de la Segunda Guerra Mundial. Un escenario de combate cuerpo a cuerpo es más plenamente simbiótico que la empresa vilmente impersonal del asesinato a larga distancia".
Terry Eagleton - Los Extranjeros (Paidós, 2010)
2 comentarios:
qué gracia!! una lata pretóleo en er chocho y un reló en er culo! jajajaja qué arte más grande!! muy delirio Klimtiano, ¿no? :D
Bien visto ;)
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