lunes, 8 de noviembre de 2010
El capital es masculino
Traje y corbata, el uniforme de los nuevos viejos tiempos. En la foto de familia falta la legítima heredera del infame tiburón de Wall Street, Gordon Gekko, la periodista -y pelirroja- Winnie Gekko. ¿Un lapsus de Oliver Stone? El director de "Nixon" dice ser crítico con el sistema, con la política económica de su país, Estados Unidos, y con esa tendencia a la avaricia latente en todos los tristes mortales; no obstante, en "Wall Street: el dinero nunca duerme" da la impresión de defender un patriarcado rancio y testosterónico, donde lo femenino funciona como tope moral, al principio, y como legitimador de todo el perverso entramado, hacia el final, embarazo mediante. La guinda de género la pone el personaje interpretado por Susan Sarandon, antigua enfermera y madre del broker Lebouf que, por culpa de la crisis, tiene que dejar el lucrativo negocio de especuladora inmobiliaria para volver a una profesión que, tal y como le recuerda su hijo, se centra en "ayudar a la gente". Lecciones de moral de la boca de un depredador con el beneplácito de la sección femenina, tan cómodas en su rol tradicional de escuchantes, cuidadoras y dadoras de vida para que la élite se mantenga que duele.
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10 comentarios:
¿Viste el reportaje "retrato del poder" de el pais semanal del domingo pasado?
Nop, pero seguro que se puede encontrar el enlace... lo busco!
¿Pero Casino no es de Martin Scorsese?
Estimado anónimo, gracias por la corrección. Se me ha ido la pelota... supongo que si sutituyo Casino por Nixon no habrá ningún problema y la intención se mantendrá ;)
Métase, querida Delirio, con Oliver Stone (lo único bueno que ha hecho este hombre en mi humilde opinión es el guión de Conan) y su película. También, por supuesto con el sistema capitalista, el cual, como ser mínimamente sensible, aborrezco, por lo tanto no quiero que me mezcle en ese sucio entramado.
Soy hombre por una mera cuestión biológica en el proceso de mi concepción (todo ese rollo de los gametos). No negaré que vivimos en una sociedad en la que algunos, muchos, hombres lo tienen más fácil. Pero esta competitividad y agresividad del sistema también la adoptan muchas mujeres.
Y estoy siendo discriminado por razón de mi sexo equiparándome con el capital, poniéndolo de mi sexo. ¿Por qué? No lo comprendo. Yo no tengo la culpa que la tradición judeocristiana de la que hemos surgido fuera falocrática y no inteparis.
Yo siento el peso del capital como cualquier otro. Es más, en este sistema despiadado, no hay oportunidad para la gente ineficaz (hablando en términos de rentabilidad) como yo.
Sé que es un rollo que estoy metiendo muy cansino, pero no quiero que me digan que el mal del mundo es masculino. Es como decir que el mal del mundo es femenino porque Eva se comió una manzana.
Y no haga mucho caso a los psicólogos (hágale caso igual que a cualquier otra persona con conocimiento sobre la especie humana). Sus teorías no son empíricas, así que puede haber otro que diga lo contrario.
El título era una provocación, desde luego. Pero cuando se dice que el mal es masculino, ese "masculino" es heteropatriarcal, blanco y pudiente, o sea, una construcción cultural con la que usted, gracias al cielo, no se identifica. Sin embargo, en el momento en el que uno se vale de estas construcciones para sacar tajada es cómplice con el sistema como el que más. En la película de Stone es ese patriarcado, asociado al capital, el que perpetúa el ánimo especulador. A las damas, en cambio, se las insta a volver al hogar. Eso es lo que critico por aquí... y que usted no se dé por aludido me pone de muy buen humor :)
Cthulhu me salve de darme por aludido.
Entre otras cosas porque no soy capitalista, no soy malo y el look ejecutivo es un atentado para mi plácida vida de enfermo mental. Ya tengo bastantes sentimientos de culpabilidad como para sentir el comecome de multinacionales ronroneando en mi oído por las noches. ¿Imagina que miedo?
Eeekss
Una cosa más:
Ojalá Oliver Stone me instara a quedarme en casa. A lo mejor saldría más...
Touché! ;)
Ouch!
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