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Hace unos días admití que me había perdido. Pero recordé que alguien me dijo que era luminosa. Me gustó hacerme con la a de un poema de Rimbaud. Construyéndome una personalidad. Como en La Casa de los Secretos. Ese cómic llenó un verano de mi malentendida adolescencia. Y Goethe. Ambas pasiones parecen calentarse hoy, a la vera de unas cuantas bandas sonoras originales y un menú que todavía estoy maquinando.
Soñaba hace unas noches con pedacitos del pasado haciéndose presente. A fuego lento. Y el despertador clavándose en mi espalda. Tempus fugit. Otra vez. Pero podré poner en práctica todos los tópicos heredados, como cuando nos escribíamos cartas. Para reirnos de ellos. Y del resto...
Garbage - You look so fine
2 comentarios:
si yo te contara de laberintos y salidas, de tesoros escondidos y de salvaciones eternas... te juro que te percatarías de lo no perdida que estás...
te quiero, Pequeña!!!
Si te gusta Nacho Vegas, apuesto a que también te gusta La Buena Vida, e incluso Le Mans.... Y a mí contigo... Y contigo también Rimbaud... Ahora ya estás, perdida y encontrada.
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