El senador Joe Biden ha combatido además con una mano atada en la espalda. No podía ni debía atacar a Palin, y no por caballerosidad sino por conveniencia. La gobernadora de Alaska está protegida por la coraza de su condición femenina, su maternidad e incluso su inexperiencia y sus defectos. Cualquier intento de buscarle las cosquillas, subrayar sus fallos o provocarlos podía convertirse rápidamente en una peligrosa arma de dos filos. Lo único que le cabía esperar a Biden era que fuera la propia Palin quien cometiera un error flagrante que la situara en una situación difícil sin su participación. Y esto no sucedió, al contrario de lo que venía pasando en las escasas y prudentes salidas que ha realizado la candidata ante los medios desde su proclamación en la Convención Republicana a principios de septiembre.
Sarah Palin tiene una sonrisa luminosa, sabe mirar a la cámara y abre de vez en cuanto los ojos con un gesto que mezcla la sorpresa y la complicidad hasta insinuar incluso un guiño directo al espectador. No hay duda de sus dotes de comunicadora, capaz de sintonizar con el gran público.
Lo dicen en El País a propósito del circo político que tienen montado los estadounidenses al otro lado del charco. Sarah Palin ha resultado ser la perfecta alumna. Todo potencial esperando a ser estimulado. No sé ustedes pero yo empiezo a tener miedo.
**Nota: Ayer Slavoj Zizek hacía de las suyas recomendando Unas gafas para leer entre líneas a McCain.
**Nota: Ayer Slavoj Zizek hacía de las suyas recomendando Unas gafas para leer entre líneas a McCain.
2 comentarios:
No me gusta esta mujer. No me gusta su forma de pensar, ni su forma de hacer las cosas, ¿para cuando una mujer triunfadora con ideas menos retrógradas? No quiero pensar que féminas así me representen nunca...
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