Como sugiere el historiador del arte John Berger la mujer "es la examinante y la examinada", que son "dos elementos constituyentes, pero siempre distintos de su identidad como mujer". Tanto el feminismo como la terapia (a partir de los años cincuenta) exigían que las mujeres fueran las que analizaban y las analizadas. Por otra parte, el discurso terapéutico, al igual que el feminismo, alentaba constantemente a las mujeres a sintetizar dos grupos contradictorios de valores, a saber, la educación y la protección por un lado, y la autonomía y la seguridad por otro. La independencia y la educación eran los dos temas centrales del feminismo y de la terapia, y cuando se los sintetizara de manera adecuada conformarían la salud mental y la emancipación política.
Eva Illouz - Intimidades congeladas (Las emociones en el capitalismo)
jueves, 19 de febrero de 2009
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2 comentarios:
me gusta..
El libro sé que te encantará... :)
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