La feminidad y la masculinidad son dos polos de adoctrinamiento masivo. Sus reproducciones tratan de moldear mujeres y hombres hasta el infinito, como en un bucle. Y fracasan estrepitosamente. "El género es una copia sin original", decía Judith Butler. Y no solo hay transgéneros encallando la máquina binaria, no existe ni un solo humano que encarne sin fisuras el prototipo de su género asignado. Muy a pesar de aquel carnicero llamado John Money, que inventó en 1953 el protocolo médico todavía aplicado hoy para ajustar el cuerpo de los bebés a uno de los dos únicos modelos que la autoridad heteropatriarcal puede concebir. Quizás John pintaba sus labios de rojo sangre y emulaba a Marilyn Monroe en la intimidad de su hogar. A salvo de las miradas inquisidoras que él mismo había adoctrinado.
miércoles, 17 de junio de 2009
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3 comentarios:
Bufff...tema demasiado queer este. Yo opino que los modelos de genero están tan enraizados en la cultura que hasta que esta misma no deje de existir por desgracia viviremos con ellos.
nos viene grande nuestra propia naturaleza .*
Por cierto, ¿viste ya Coraline? ¿qué te pareció? :O
el género es algo inherente a nuestra formación, a nuestro adoctrinamiento y al marcaje que nos ponen a fuego desde el dia que cogemos la primera bocanada de aire. No me gusta, no lo entiendo, no lo defiendo, pero he de vivir con esto porque así corresponde. Me gustaría conocer esas culturas de las selvas profundas en las que el género no es un rango impuesto y los hombres y mujeres viven como desean y expresan masculinidades y feminidades ed manera alterna sin más preocupación que la de ser felices... la hosti, que manera de complicarnos siempre
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