Echo de menos la carne por las mañanas. Cuando cambie de casa lo primero que compraré será un exprimidor. Y una tostadora. El desayuno es la comida más importante del día. Qué pena que tenga problemas -mayúsculos- para madrugar. No me culpen, mi cuerpo funciona mejor por las noches. Las mañanas son magníficas si las riegas con agua congelada y cerveza del día anterior. Pero las legañas son la norma; las duchas frías tan solo la excepción. Resistir entre las sábanas a la rutina del día. Maldita inocentada. Despertarse no tiene nada de bueno si es lunes y el metro está vacío en hora punta. Las caras navideñas diluidas entre mocos y estornudos. Trabajadores residuales. Esclavos del e-mail. Secundarios todos de un sistema de producción caníbal.
A la cabeza, pienso. Apunten a la cabeza. De banqueros, políticos y presidentes de la patronal. Maravillosa carne en descomposición. Envuelta en papel de periódico. Para la hora del "brunch".
lunes, 28 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
Una escopeta, plis!
Sales a bailar con nosotros el dia 30 a la fiesta Zombie?
Mua!
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