martes, 2 de febrero de 2010

Dirty princess


If only every song sung
was a literary autopsy
that could speak in tongues
and revelations

Lydia Lunch (fragmento de Autopsy)


Atraviesa, arrebatada, la calle de La Palma. Dice de su pluma que es su espada. De sus letras, solo apunta: cuanto más sucias, mejor. Deletreo y me atraganta su mirada subrayada. Amnesia en mi bolsillo. De sus labios perfilados surge una invitación. Se le escapan cosas bellas de las grandes damas del postporno. Y, con Houellebecq entre las manos, se levanta del sofá.

3 comentarios:

Markitos dijo...

Después del sexo, algunos están hambrientos.

Elisa McCausland dijo...

Algunos. No todos. Hambrientos de qué???

Markitos dijo...

Eso depende de la imaginación de cada uno.