Violencia y perversión. Aquello por lo que merece vivirse esto que llamamos vida. Así escrito, impacta. Como le ocurre a la protagonista de la portada -obra de
Carla Berrocal- en su cabeza asesina y despedaza para poder sentir. Es solo ficción, no se alarmen.
Jungi Ito, Hideshi Hino, Suehiro Maruo, Shintaro Kago o
Usumaru Furuya han llegado, con sus delirios cárnicos, para quedarse. Manga bizarro, cómic abyecto. De la mano de
Marc Bernabé, David Fernández, Alberto García Marcos, Lola Mento, Salvador Luis Raggio, Rosa Torres, Gerardo Vilches y una servidora sabrán en dos cómodas entregas -ésta que ya pueden adquirir en su kiosko de prensa más cercano y la del mes de febrero- del porqué de la importancia de los discursos sangrantes de éstos y otros autores venidos de Oriente. Pero no queda ahí la cosa. En este número también hemos querido contar cuentos obscenos, de terror cotidiano. Con el desconcertante Shintaro Kago como inspirador común,
Silvia Nanclares y
Julio Fuertes extreman sus plumas en estas páginas quiméricas con las que inauguramos el año y elevan la apuesta. Ilustran estos dos perturbadores relatos los pinceles de
María Castelló -autora también de la contraportada- y
Nacho Molano. Sin olvidarnos de la
entrevista "mínima" al Oficinista Japonés, protagonista de la obra de
José Domingo ganadora del premio a la Mejor Obra Nacional en el pasado Salón del Cómic de Barcelona. Nunca un encuentro con un personaje de ficción dio tantos dolores de cabeza
a un entrevistador.
Quimera bizarra y nipona, una "salvaje" manera de empezar el año.