sábado, 18 de julio de 2009

(Per)versiones disney

Llevo tiempo queriendo escribir un post sobre la conflictiva relación entre cuentos tradicionales, chicas Disney y roles de género. Ilustradores y fotógrafos han tratado entre sus temas esta doble cara de los cuentos que forman parte del imaginario colectivo occidental. Imágenes perversas, parodias domésticas o versiones posmodernas. Pero la representación de las féminas disney tiene un claro propósito: programación de género; esa es la razón por la que Encantada debería estar prohibida para niñ@s menores de trece años, el daño que esta película puede ocasionarle a una tierna mente infantil (o prepúber) es incalculable. Algo parecido pasa con casi todas las heroínas (o princesas) Disney. Desde su relanzamiento noventero, esta compañía se propuso terminar con la imagen de explícita sumisión de sus anteriores heroínas - Blancanieves, Cenicienta, la Bella Durmiente -, aunque destacaría tanto a Alicia como Campanilla como agradables excepciones – también es cierto que estas dos últimas no eran, técnicamente, "princesas"-.

Las películas de los noventa empezaban muy bien: Ariel desobedece a su padre para poder vivir aventuras; Bella, harta de su aburrida vida provinciana, se refugia en la biblioteca de su pueblo; a Jasmine le horroriza la idea de tener que casarse con un príncipe pretencioso y decide dejar palacio con nocturnidad para ver qué hay más allá de sus muros; Pocahontas monta en canoa, pasea por el bosque y liga con extraños; Mulan se corta el pelo y se hace pasar por un hombre para irse a la guerra; Esmeralda hace de París su parque de atracciones; Megara finge ser una dama en apuros para chantajear a los aprendices de héroe de turno..., y así podría enumerar otros tantos principios prometedores donde la heroína no es representada como una comparsa, una víctima, una madre protectora o un objeto de deseo dentro del universo simbólico del cuento.

Pero la decepción no se hace esperar debido, principalmente, a la figura del padre. Todas las “princesas” que he enumerado tienen una figura paternal hondeando sobre sus cabezas, la misma figura que exige, da permisos o limita el desarrollo de estos personajes. Pensad en la escena final de La Sirenita, o en cómo el padre de Jasmine cambia la ley sobre el matrimonio después de hora y media de metraje para que su hija se case con la “rata callejera”, la misma que le ha prometido enseñarle a whole new world a la princesa, como si ella no pudiera comprarse su propia alfombra mágica para hacer turismo. Algo parecido ocurre con Bella, la más lanzada (por aquello de bordear el bestialismo). Quiere vivir aventuras y "compartirlas con un amigo de verdad", pero se termina casando con un príncipe caprichoso que la confinará en un palacio. Eso sí, al menos tendrá una biblioteca en condiciones.

El peso de la figura paternal también se deja sentir en Pocahontas y Mulan. A la primera le puede el deber y a la segunda le motiva el hecho de no estar programada para ser “una buena esposa”, lo que repercute en el honor familiar, razón por la cual se traviste para alistarse en el Ejército. Mulan es transgresora, en parte, porque deja al descubierto algunos de los mecanismos de la producción del género (performativos la mayoría de ellos), maravillosamente recogidos en esta escena. No obstante, mi crítica viene por la parte del honor hacia la figura paterna. Su motivación última es agradar a su padre y, ya de paso, el final feliz también implica boda (con un capitán, nada menos).

Si me preguntan cual es el mejor modelo femenino parido por la Disney, sin pestañear les diré que Lilo (De Lilo & Stitch). Fanática de Elvis, fotógrafa, irónica… es poderosa precisamente porque es una infante cuya programación de género excluye los lazos rosas, las muñecas y los chicos. Y porque es una niña anticanónica, lo que normaliza gustos y actitudes diferentes de cara al posterior consumo por parte de la chavalería, la misma que se terminará identificando con estos u otros roles, pero que deberían tener más donde elegir. No deja de resultarme curioso que las más interesantes representaciones de heroínas animadas de los últimos años hayan venido del Estudio Ghibli – la princesa Mononoke y Chihiro -. Y no he hablado de Pixar, pero eso es ya carne de otro post…


*Bola extra: Tres escenas Disney explícitamente sexuales: (Una, dos y tres)
*Bola extra 2: Dos videos con comentarios a algunas escenas "perversas" Disney: (Una y dos)

6 comentarios:

William Saints dijo...

Pues dentro de tu propio criterio, Enchanted (o Encantada) no entra dentro de las princesitas tontas o al menos no dentro de la historia canónica ya que, si la has visto, te das cuenta de que tiene cierto tufo de crítica hacia este tipo de historias: al final, la princesa Giselle cae en cuenta de lo estúpido y e iverosímil que resulta su estilo de vida y reniega de todo ello; incluso, le toca cambiar de rol dentro de la historia, ya que ella al final es quien debe salvar a su caballero en apuros que ha sido seucestrado por el monstruo.

Y toda la historia en general muestra lo ridículo y ñoño que resultan los cuentos de princesas Disney en el contexto de la realidad (en casi todo momento, tanto la princesa Giselle como el príncipe Edward se dejan ver como completos estúpidos), por lo que al menos yo metería las manos al fuego en cuanto a que Enchanted, pese a que sí conserva muchos elementos de historia clásica de Disney, no es una historia estúpida típica de la factoría.

Un saludo.

Elisa McCausland dijo...

Saludos William,

Enchanted es peligrosa precisamente por eso. Se supone que es una sátira, pero no deja de ser una película Disney disfrazada. Por ejemplo, acuérdate de la novia del guaperas, la tía borde que en el fondo lo que quiere es un príncipe azul, o esa canción terrible (porque termina resultado entrañable) donde ella le pregunta a él "cómo sabe que la quieres?" para después darle una clase de tópicos románticos burgueses. A eso me refiero con que es peligrosa, porque está envuelta de sátira, de crítica, pero es más de lo mismo.

Y lo más hiriente es la mala de siempre, leñe, interpretada por la Sarandon... mujeres odiando mujeres por razones estúpidas... aissss...

Anónimo dijo...

Sobre Lilo he de decir que, aun siendo un personaje que no se encierra dentro de los roles mantenidos por la factoría Disney a lo largo de su historia, no deja de ser un personaje igualmente fallido en su caracterización porque creo que en ese caso concreto abandonamos la estandarización del género para reestructurarlo y apoyarnos en una personalidad marcada con pautas de tintes racistas. Aunque no es exclusivo de esta película, por supuesto.

Creo que toda la colección Disney gira en torno a una idea totalmente falsa (y muy recurrida, sobretodo en el audiovisual en general): la estandarización de los personajes en sí. Todos y cada uno de los personajes principales de cualquier película Disney responden a las claves tópicas de los personajes, de manera que enseguida identificamos al bueno, al feo y al malo. De la misma manera construimos sus personalidades en base a unos cánones que el público rápidamente pueda justificar.

El problema de esto, y es lo que creo hay que tener en cuenta, es que en las películas Disney esto se exagera y se simplifica mil veces más que en cualquier producto audiovisual atendiendo principalmente a que al público infantil hay que facilitarle las lecturas porque no están preparados para una compleja profundidad en los personajes. Pero esto podría resultar hasta válido si no tuviéramos en cuenta precisamente que este público en concreto, por su desconocimiento, no tiene claro cuáles son los cánones que rigen a un tipo de personaje u otro. Que la formulación de esos personajes para el público infantil en sí es directamente un aprendizaje. Y que lo que cala (en este público más que en ningún otro) es principalmente el mensaje implícito no en la película sino lo que llevan marcados los personajes.

A menudo también se hace uso de estos tópicos en el cine en general, casi siempre en cualquier tipo de película comercial. Un claro ejemplo está en el boom que hay ahora con películas pseudofeministas de palo, cuando la estructuración principal atiende precisamente a razonamientos machistas.

En 'Bridget Jones', 'Sexo en Nueva York', 'Mujeres Desesperadas'... que según se mantiene en los medios de comunicación y por el público en general atienden a unas variables totalmente feministas, no responden sino a una caricaturización de la figura de la mujer tal y como ha sido vista siempre por el hombre, convirtiendo esa visión machista en algo propio y necesario del género femenino. La clave está en que, en todas estas películas o series, el gancho dramático se encuentra en la búsqueda constante y la necesidad imperiosa de tener una figura masculina al lado que apoye, estabilice y desestabilice, es el fin último de todos esos personajes.

Pero bueno, también es lo que demanda el público en general: un adoctrinamiento en toda regla. Y mientras se haga negocio de una manera tan descarada y encima reciban elogios nos quedará sólo aguantar...

Me he dado cuenta que me he salido un poco del tema y no sé muy bien realmente lo que he escrito. Consecuencias de la resaca del domingo será...

Un bexoooooooooo

Charles M. Towsend dijo...

¿Has podido echarle un ojo al trailer de "Tiana y el Sapo"? Qué opinas de esa vuelta de tuerca postmoderna?

Carlos Merino dijo...

Me encanta tu post, aunque querria aniadir que porque una pelicula tenga sexo eso quiera decir que no la puedan ver los nin~os. Ellos tambien son personas sexuales.

Disney y Ghibli son dos filosofias culturales contrapuestas que se ponen de manifiesto a la hora de contar historias mediante dibujos animados. Disney se enmarca dentro de la cultura capitalista norteamericana, la capital de la industria del deseo. Sus personajes encarnan como ningu'n tro, esa la angustia por no posser lo que no se tiene.

Ghibli es lo opuesto completamente, se basa en las costumbres sencillas, la naturaleza y en los valores de la filosofia Zen. Cuyo objetivo como es sabido es vivir en la ausencia de deseo. (Aunque eso quiza's sea un deseo en si' mismo).

Carlos Merino dijo...

Perdon por lo atolondrado y mal escrito del texto con teclado americano, pero espero que se entienda.