domingo, 1 de noviembre de 2009

Lunático

Contenta porque Moon no es Solaris; tampoco 2001, una odisea en el espacio. Ciencia ficción como metáfora del presente más que como género especulativo sobre el futuro y sus maldades. Terrenal y crítica, la película de Duncan Jones me ha enamorado por sus treinta últimos segundos, pero también por ese revelador momento en el que la llegada del Otro le dice al Astronauta que el cambio es posible - el sacrificio es la clave -. Una empresa respetable, un robot que acaricia y Sam (Rockwell) despertando de su propio Show de Truman. Justicia poética a ritmo de Clint Mansell. Una pequeña joya sobre el bien y el mal en estos tiempos tan grises.

5 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

sabia que te iba a gustar ^^

marina dijo...

pues a mi el final fue lo que menos me gusto. me molaba mas el como un señor al que estan puteando que como salvador de todos los clones. siempre lo joden con el final feliz.
y esta entrada esta repleta de spoilers (incluyendo este comentario)

Elisa McCausland dijo...

Mari, quieres que lo avise o lo prefieres como sorpresa para el lector??? :P

Samu dijo...

GGGRRRR!!! Un sólo párrafo que es cojonuuuudoooo!!!

Anónimo dijo...

Me encantó. Sam Rockwell me pareció soberbio y la historia es terrible y conmovedora... Qué grata sorpresa cinematográfica...