sábado, 7 de noviembre de 2009

Mi corazón como cenicero...

... o algo parecido. Cansadas de esperar el fin. Liddell es principio y dolor, tanto dolor. Rabia en estado puro. Sentimiento y heridas, gangrenados. Nos levantaron la tapa de los sesos, a rancheras. Todavía duele. El preso número nueve era un hombre muy cabal. Dame a elegir entre él y la gloria, decía; entre él y la riqueza, cantaba; entre él y el cielo ... para que nos arranquen el corazón en la ciudad de los canales. Tiramisú significa "levántame". Levántame. Levántame. Vísteme de blanco. Tú de rosa. Celebrémoslo. Todas, con un tiro en el corazón. Y dejar de amar, así, en general. Dar a luz un ejército de débiles. Cubrir de flores el desierto. Y que los otros no hereden la tierra. La venganza de la dramaturga está en la casa de la fuerza. Llámalo supervivencia. O justicia. No sé.

Y, si me das a elegir, me quedo con una nana por epitafio, una nana que es ranchera, que es sueño, que es mi infancia: Por la lejana montaña/va cabalgando un jinete/ vaga solito en el mundo/ y va deseando la muerte...

4 comentarios:

Duckland dijo...

Lleva en su pecho una herida
va su alma destrozada
quisiere perder la vida
y reuniiiiirse con su amada...

Para el día que yo caiga, ayer, hoy o mañana, hermana, cántame esa nana.
Que yo también la guardo desde hace años y me seguirá más allá.

Triste destino el nuestro, parir al mundo semejante futuro.

Un beso, Reina.

Anónimo dijo...

"Me dejaste las cenizas y te llevaste el cenicero"

Gran verso de Calamaro.

Elisa McCausland dijo...

Calamaro, ese visionario del corazón ;)

Y Señorita Estropajo, a usted también le cantaban rancheras de pequeña??? qué bella casualidad

Anónimo dijo...

Esa canción yo también la recuerdo!!!! Qué guay!

Yo sobre corazones y ceniceros, prefiero a Placebo.