miércoles, 23 de junio de 2010

Sexo, consumo y política

El hecho de que lo que mueve la cultura sea el placer no quiere decir que el fin sea hedonista. El objetivo es la producción, el consumo y, en último término, la destrucción. El reto de lo que debería ser una izquierda para el siglo XXI es tomar conciencia de ese estado de depresión colectivo, a diferencia de la derecha, que vive en la euforia del consumo, de la producción de desigualdades, de la destrucción. La izquierda tiene que decir: mierda, la estamos cagando, y eso tiene que llevar a un despertar revolucionario. Y creo que eso puede venir de esos que hemos apartado a los márgenes de lo político: los gays, las lesbianas, los yonquis, las putas. Ahí hay modos de producción estratégicos para la cultura y la economía, y ahí se están produciendo soluciones.

Beatriz Preciado en El País Semanal

3 comentarios:

Eduardo dijo...

No puedo estar más en desacuerdo con el texto.
Además de estar basado en juicios falsos, no veo cual es el problema de consumirnos hasta el final. La destrucción es el único camino.

Samu dijo...

Preciado rules!!!! :DDD

Elisa McCausland dijo...

Consumir hasta el final, ese es un eslogan muy zombie! ;)