viernes, 15 de octubre de 2010

Ser como una "guerra nuclear"

Dorothy sueña con ser ama de casa, pero ya no tiene para quién serlo. Hace de ama de casa unos días para cualquiera que pase por allí. Se casa en medio de las borracheras y luego tiene problemas con el alcalde cuando va a tramitar sus divorcios. Son los largos largos años cuarenta, primero los años de la guerra, las mujeres en las fábricas y luego plástico irreal de curvas exactas y rizos y vestidos por las rodillas para las niñas. Daddy knows best en los nuevos aparatos de televisión de todo el mundo, planes de posguerra, felicidad de posguerra. Dorothy gira y gira en distintos taburetes de bar y fuma cigarrillos de paz y discute de mentira, con esa forma suya inoportuna y obstinada. La bomba atómica ha caído sobre Nagasaki e Hiroshima, cien mil muertos carbonizados, el presidente ha hablado en los televisores de todos. Dorothy no tiene ni televisor ni autoestima, ella ama al presidente y la Casa Blanca tanto que casi se le saltan las lágrimas. Y sigue sacándole punta a todo y dando lecciones sobre nada en los bares, hasta que la echan, va a casa tambaleándose en zigzag a través del desierto con el bolso lleno de ceniceros y copas de cerveza robada.

Sara Stridsberg en Escuela de Sueños

2 comentarios:

Carolink dijo...

Párrafo abrumador. Sabes a qué me hizo recordar ipso facto? A las canciones (un catálogo que pueden ser 200 o más) de Kristin Hersh. It's not my fault you don't love me when I'm drunk ... I married a brewster to keep me from drinking... Puedo seguir con los ejemplos. Ella también ha publicado un libro estos días, y nadie se ha fijado aún en él para traducir ...

Elisa McCausland dijo...

Kristen Hersh, tomo nota ;)