En pocas palabras, como afimó el filósofo francés, Gilles Deleuze, "si estás preso en el sueño de otro, estás jodido"; o, como escribió en un memorable pasaje Neil Gaiman, el autor de The Sandman:
"¿Has estado alguna vez enamorado? ¿Horrible verdad? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y revolverte por dentro. Tú construyes todas esas defensas, construyes una armadura completa, de forma que nada pueda herirte, entonces una persona estúpida, similar a cualquier otra estúpida persona se aventura en tu vida estúpida... les das una parte de ti. No la pidieron. Solo hicieron alguna tontería un día, como besarte o sonreirte y desde ese momento tu vida ya no es tuya. El amor toma rehenes. Se mete dentro de ti. Te come por completo y te deja llorando en la oscuridad, de forma que una simple frase como "quizá solo deberíamos ser amigos" se convierte en una astilla de cristal directa hacia tu corazón. Duele. No solo en la imaginación. No solo en la mente. Duele el alma, un verdadero dolor que-se-mete-dentro-de-ti-y-te-descuartiza. Odio el amor."
En los últimos años de su vida, el director de cine soviético Andrei Tarkovski vivió en Estocolmo mientras trabajaba en su película Sacrificio. Se le ofreció una oficina en el mismo edificio en que disponía de una Ingmar Bergman, que por entonces todavía vivía en Estocolmo. Aunque los dos directores se profesaban un profundo respeto y una gran admiración, nunca se conocieron, , sino que se evitaron escrupulosamente, como si su encuentro directo pudiese haber sido demasiado doloroso y destinado a fallar por la aproximación de sus universos. Ellos inventaron y respetaron su propio código de discreción.
Slavoj Zizek - Sobre la violencia (seis reflexiones marginales)
2 comentarios:
peque d, conservas las redacciones que hacíamos con Margarita con nuestros tiernísimos 16? échalas un vistazo, hay una que viene mucho a cuento de esta entrada...
besitísmos
Nunca he sido muy organizada... esas redacciones deben estar en alguna caja, después de la mudanza... lo que si recuerdo es a Margarita sentándose con nosotras en un banco verde diciéndonos que eso del amor verdadero y el romanticismo, a la manera del XIX, se curaba con la edad... tú guardas a mano esas redacciones??? sería extraño y bonito poder leerlas... buscaré las mías...
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