jueves, 20 de agosto de 2009

Hallado un espejo

Los mosquitos me han dejado marcada. No hubo perdón, ni misericordia. Solo un poco de alivio de la mano de un bote de crema Avon. Mi abuela lo metió en la maleta antes de empaquetar camino de Cartagena. También me dejó unas pulseras. Ella cree que me adorno poco. Yo le he dicho que es una cuestion de supervivencia, no me lo permite mi religión. Como con el café. Estoy en Colombia y todo el mundo me pregunta si quiero café. Destinada a quedar mal en cada ofrecimiento. Entonces Claudia se acuerda de la libertad de culto y me dice que pruebe un zumo de lulo.

Siempre que pienso en Claudia se me ocurren nubes. Creo que se debe a su impecable acento cuando habla inglés. Clouds. Su biblioteca me recuerda, en parte, a la de mi madre. Ambas adoran a García Márquez. Yo creo que tiene que ver con esa vena patriota-literaria que nunca admitirán tener. Le he secuestrado brevemente un libro de Jorge Herralde sobre Roberto Bolaño. He leído pero sobre todo he visto. Fotos. De él joven, con su sempiterno cigarro en la boca. Y sonriendo, en una o dos fotos. Bolaño sonreía a cámara y eso me gusta.

Una cita ha llamado mi atención: "El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y esa es nuestra suerte". Perro romántico, dice Herralde, perro rabioso, perro apaleado que nunca renunció a su "deseo de quemar el mundo" como decía Nicanor Parra en su epitafio.

Esta noche, después de Herralde y Bolaño, ha pasado por mi habitación una mujer. Me la encontré en Barranquilla hace cuatro días, por casualidad en una pared, y esta noche la he buscado en la red. Alguien que responde al nombre de "maravilla" es difícil de olvidar. Dice que "las cosas existen si tú crees en ellas", y estoy de acuerdo. Escribe cuentos y dejó sin terminar un libro con amazonas en el título. He leído su Oriane, Tía Oriane y he hallado espejos. Sobre la cama, con crema en las piernas y una Coca Cola de 350 ml todavía por terminar, temo a los ruidos de la noche y a los sueños que me esperan nada más apague el ordenador. Bolaño tenía razón, leer es morir un poco. Como dormir (y soñar).

3 comentarios:

Samu dijo...

Intenso.
"las cosas existen si tú crees en ellas"
y hermoso.

Werewolfie dijo...

Yo más que atacada por los mosquitos parece que lo he sido por los critters, que tengo las piernas llenas de heridas... Y viva la diferencia, a ti te da la vena (post-)poética y a mí la frikil. 'Chosos microvampiros.

Comtessa d´Angeville dijo...

¿No te gusta el café? Estoy cerveceando viendo una entrevista a la Liddell. Fuera nieva, todo genial.